TALLAHASSEE, Florida — Insistiendo con el mito de que hubo un fraude en las elecciones del 2020, los republicanos quieren crear una policía electoral.
Los esfuerzos por crear unidades policiales dedicadas a la investigación de irregularidades electorales buscan calmar la base del partido, millones de votantes que siguen convencidos de que un fraude generalizado le costó la victoria a Donald Trump hace dos años.
En la Florida, legisladores republicanos aprobaron un proyecto en ese sentido promovido por el gobernador Ron DeSantis, potencial candidato a la presidencia en el 2024, que lo justificó mencionando casos de fraude no especificados. Una ley similar en Georgia haría que la Oficina de Investigaciones estudie denuncias de fraude sin que intervengan otras dependencias.
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Los republicanos sostienen que hacen falta poderes policiales especiales para restaurar la confianza en el proceso electoral y descubrir instancias de fraude. Los demócratas y organizaciones defensoras del derecho al voto dicen que no hace falta una nueva dependencia policial ya que las autoridades municipales y estatales identifican y procesan posibles casos de fraude. Esas unidades, por otro lado, podrían ser manipuladas con fines políticos.
Una creciente presencia policial podría desalentar el voto de mucha gente y la participación en el proceso electoral, según Daniel Griffith, de Secure Democracy USA, agrupación independiente que vela por el acceso a las urnas.
“La gente empieza a preocuparse, se pregunta si la van a investigar, si la van a arrestar porque quiere votar o por tratar de ayudar a alguien a votar”, expresó.
El fraude electoral es poco común. Hay casos aislados, que son detectados. Una investigación de Associated Press de las elecciones presidenciales del 2020 reveló 475 posibles irregularidades entre 25.5 millones de votos en los seis estados en los que la gente de Trump puso en duda los resultados.
A pesar de ello, abundan las denuncias falsas de fraude entre los republicanos, que el año pasado promovieron una serie de leyes con nuevos requisitos para votar por adelantado o por el correo en estados controlados por ese partido, así como otras reglas que algunos consideran restrictivas.
Este año los republicanos impulsaron más leyes para prevenir fraudes, aunque no siempre con éxito.
En Arizona, un estado donde se pronostican batallas reñidas, que Trump perdió hace dos años, una propuesta que hubiera creado una unidad de la gobernación encargada de investigar fraudes electorales fue rechazada.
La propuesta aprobada este mes en la Florida crea una unidad de Delitos Electorales y Seguridad dependiente del Departamento de Estado estatal, dirigida por un funcionario nombrado por el gobernador, que hará investigaciones preliminares de denuncias de fraude.
Personal del Departamento de Organismos de Seguridad tomaría luego los casos considerados legítimos.
El gobernador elogió en el pasado las elecciones del 2020 en la Florida y resistió pedidos de que se realizasen investigaciones similares a unas hechas en Arizona, en las que no se encontraron evidencias de irregularidades.
“Creo que tenemos muchos procedimientos para lidiar con estas cosas y me preocupa la creación de una fuerza policial que no tiene supervisión”, declaró la senadora estatal Lori Berman, demócrata.
“No sabemos quién va a iniciar la investigación, no hay nada que impida que (la unidad) sea usada para perjudicar a ciertos grupos, y me preocupa realmente el que tengamos este tipo de escuadrones sin supervisión alguna”.
Mientras avanzaba el proyecto en una legislatura controlada por los republicanos en la Florida, el partido publicitó reiteradamente una serie de pequeñas irregularidades electorales en el estado para justificar la iniciativa.
Mencionó cuatro casos de personas que votaron dos veces e informes de que a personas generalmente ancianas registradas como demócratas se las registraba como republicanas. Algunos republicanos dijeron que había decenas de casos de fraude que no se habían revelado en ese estado, que Trump ganó, pero no ofrecieron pruebas.
“¿Nos asusta la posibilidad de que las elecciones sean muy seguras?”, preguntó el senador estatal Travis Hutson, patrocinador del proyecto.
Detractores de DeSantis dicen que mediante esta medida el gobernador trata de calmar a quienes siguen creyendo que hubo fraude en el 2020 y ganar peso en el Partido Republicano.
“Es una respuesta a las presiones para dar crédito a ideas local, como la de volver a cuestionar los resultados del 2020”, declaró Brad Ashwell, director de la agrupación defensora del voto All Voting is Local de la Florida.
La secretaria de estado de la Florida Laurel M. Lee, republicana, dijo que su dependencia estudiará toda denuncia de irregularidades para garantizar la limpieza de las elecciones.
DeSantis no dirá qué denuncias deben ser investigadas, según la secretaria de prensa del Departamento de Estado de la Florida Mallory E. Morgan.
Los republicanos de Georgia también quieren unidades policiales abocadas a la investigación de denuncias de irregularidades en las elecciones.
En la actualidad esas denuncias llegan a manos de secretario de estado Brad Raffensperger, que en el 2020 rechazó un pedido de Trump de que le “encontrase” suficientes votos como para derrotar a Joe Biden, que ganó ese estado por estrecho margen.
La cámara baja de Georgia, en manos de los republicanos, aprobó hace poco una propuesta por la cual agentes de la Oficina de Investigaciones estudiarían las denuncias de fraude electoral.
Raffensperger avala la idea, lo mismo que el gobernador republicano Brian Kemp.
La invetigación de AP comprobó solo 64 instancias de posible fraude en Georgia en el 2020, que representan el 0.54% del margen de la victoria de Biden en ese estado. Se determinó que casi la mitad de esos casos respondieron a errores administrativos u otras fallas involuntarias.
La propuesta pasa ahora al Senado, controlado también por los republicanos.
Los demócratas dicen que la presencia de un organismo policial en el proceso electoral puede intimidar a los votantes de raza negra, en vista de que en el pasado se usó a la policía para impedir el voto de esa comunidad durante la época de segregación.
“La gente del partido mayoritario hace lo que siempre ha hecho: apela a cualquier medio para conservar el poder”, declaró el representante Derek Mallow, demócrata, esta semana. Las reformas que promueven los republicanos, agregó, “no tienen nada que ver con la integridad o la limpieza de las elecciones. Quieren legislar a partir de una mentira, de una gran mentira”.