WASHINGTON — El presidente electo Joe Biden tendrá pronto que nombrar a los funcionarios encargados del sistema de salud de Estados Unidos, una decisión de importancia singular cuando el país se encuentra sumido en medio de una devastadora pandemia.
Desapareció la posibilidad de nombrar a una candidata prominente como secretaria de Salud y Servicios Humanos.
Se le ofreció a la gobernadora demócrata de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham otro cargo —el de secretaria del Interior— pero lo rechazó, según una fuente cercana al equipo de transición de Biden que pidió no ser identificada.
El despacho de Lujan Grisham se negó a comentar al respecto.
Biden tiene programado nombrar a su secretario de Salud y Servicios Humanos la semana entrante.
Esa persona deberá tener “la confianza del presidente, la capacidad de colaborar con distintas ramas del gobierno, credibilidad dentro del sector salud y la capacidad de trabajar con los gobiernos regionales”, expresó Mike Leavitt, quien ocupó ese cargo bajo la presidencia de George W. Bush.
La Casa Blanca
La gobernadora demócrata de Rhode Island, Gina Raimondo, ha surgido como posible candidata al despacho de salud.
Si bien Raimondo ha sido agresiva en las medidas para contener el coronavirus, la enfermedad está resurgiendo en su estado, además de que su cercanía con el mundo empresarial podría provocar críticas del ala izquierdista del Partido Demócrata.
Otro posible candidato es Vivek Murthy, exdirector de salud pública y copresidente de la comisión especial nombrada por Biden para lidiar con la pandemia.
Murthy tiene una personalidad afable y reputación de lograr consensos. Es autor de un libro sobre los efectos nocivos de la soledad, un problema que se ha agudizado en la era del COVID-19.
Además del secretario de salud, Biden pronto deberá nombrar a un asesor especial para coordinar la respuesta del gobierno a la pandemia.
Las vacunas que están ahora en desarrollo tendrán que ser distribuidas bajo la administración Biden, una tarea hercúlea que seguramente conllevará enormes problemas logísticos.
Fuentes demócratas apuntan a Jeff Zients, un empresario que fue asesor económico bajo la presidencia de Barack Obama y al que se le atribuye el rescate de HealthCare.gov tras su problemático despliegue en el 2013.
Biden también tendrá que nombrar a un jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y a uno para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Para la FDA se mencionan al exsubdirector de esa agencia doctor Joshua Sharfstein, quien también fue director de salud del estado de Maryland, y a la doctora Luciana Borio, miembro de la comisión asesora de Biden para temas de coronavirus, quien ha ejercido altos cargos en la FDA y en el Consejo de Seguridad Nacional y tiene experticia en respuestas a enfermedades y sucesos de bioterrorismo.
Para el cargo del CDC se considera a la doctora Julie Morita, una ejecutiva en la Fundación Robert Wood Johnson, que trabaja en una amplia gama de temas médicos.
Morita estuvo casi 20 años en cargos de liderazgo en el departamento de salud pública de Chicago, empezando como directora de asuntos médicos y ascendiendo a comisionada.