Virginia

Guatemalteca pide el regreso de su hijo separado por la política “tolerancia cero”

Guatemala, 10 jul (EFE).- La guatemalteca Elsa Johanna Ortiz pidió hoy a las autoridades de Guatemala y de Estados Unidos que le regresen a su hijo de 8 años, de quien la separaron el pasado mayo tras la implementación de la política estadounidense de "tolerancia cero".

A las puertas del hotel donde este martes se celebró una reunión para abordar las causas de este éxodo migratorio, donde estuvieron presentes los cancilleres de los países que conforman la iniciativa Triángulo Norte de Centroamérica y México (Tricamex) y la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, Johanna se presentó con su familia.

Acompañada de su padre, su madre, su hermana y su sobrina, la joven, de 25 años, pidió con un cartel el regreso de su hijo, Antony David Tobar ortiz, de quien la separaron el pasado 27 de mayo cuando fueron interceptados en Estados Unidos.

Johanna, que emprendió este viaje después de que su pareja, que reside en Virginia, pagara una cantidad de dinero que no supo determinar, regresó deportada a Guatemala el 6 de junio.

"Yo les dije que no podía venir sin mi hijo y casi a la fuerza me sacaron. Yo lo único que les suplicaba era que me entregaran al niño", aseguró la madre, quien hizo una videollamada con el pequeño, al que le prometió que seguirá peleando para que vuelvan a estar juntos.

"Yo solo estoy pidiendo que me den a mi hijo", reiteró a las afueras del hotel, donde no pudo ver a ninguna de las autoridades y donde explicó a los medios que ella no había firmado ningún papel que autorizara esta separación, a pesar de que se lo exigieron.

Pedro Pablo Solares, uno de los abogados que le da "acompañamiento moral", dijo a Efe que este procedimiento no está establecido en la ley y que, por tanto, solo pueden hacer una "exposición de la gravedad del caso a nivel mediático", igual que hacen con otros dos casos más.

Estados Unidos inició en abril pasado su polémica política de "tolerancia cero" contra la inmigración, que llevó al Gobierno de Donald Trump a separar de sus padres a cerca de 3.000 menores de edad, medida que fue finalmente suspendida a mediados de junio por las enormes críticas recibidas.

Muchos de esos menores proceden de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos Gobiernos han condenado la separación de las familias y han criticado la política de "tolerancia cero" hacia la inmigración ilegal, que lleva a procesar criminalmente a los indocumentados y originó el problema de las divisiones familiares.

A pesar de la que reunificación de los niños con sus familias ha comenzando en Estados Unidos, la polémica ahora está en que los menores, algunos de los que tienen menos de 5 años, están obligados a comparecer ante un juez de inmigración solos, en muchos casos sin ni siquiera un abogado.

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