La Arquidiócesis de Washington publicó los nombres de 28 exmiembros del clero que, según dice, fueron "acusados creíblemente de abusos sexuales a menores" a partir de 1948.
La arquidiócesis precisó que había reunido la lista por orden del cardenal Donald Wuerl, quien dimitirá el mes próximo después de que un informe de un jurado investigador de Pennsylvania lo acusara de ayudar a proteger a algunos de los sacerdotes que abusaron de menores durante su etapa como obispo de Pittsburgh.
"Esta lista es un recordatorio doloroso de los graves pecados cometidos por el clero, el dolor infligido a los jóvenes inocentes y el daño hecho a los fieles de la Iglesia, por lo que continuamos buscando el perdón", dijo el comunicado de Wuerl.
Los nombres de los sacerdotes acusados se pueden encontrar en el sitio web de la arquidiócesis. Varios de los miembros del clero fueron condenados por delitos, y al menos 17 ya fallecieron.
El cardenal destacó en la nota que, con base en sus conocimientos, "no ha habido ninguna alegación creíble de abuso a un menor por parte de un sacerdote de la archidiócesis en casi dos décadas", aunque el propio listado incluye una acusación contra un sacerdote que se produjo en 2007, hace 11 años.
Wuerl incidió en que no hay "ningún cura archidiocesano en ministerio activo que haya sido objeto alguna vez de una alegación creíble de abuso de un menor".
El informe del gran jurado de Pensilvania encontró que unos 300 sacerdotes abusaron de más de 1.000 niños desde la década de 1940, y Wuerl es uno de una serie de obispos en seis diócesis que, según el informe, los encubrió. La mayoría de las víctimas eran niños y adolescentes.
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Varias presuntas víctimas fueron atraídas con alcohol o pornografía. Después, recurrieron al abuso de sustancias e incluso al suicidio para escapar del trauma persistente.
Wuerl ha pedido oraciones y perdón por lo que él llama su falta de juicio al tratar con los informes de abuso por parte de los sacerdotes. El arzobispo recientemente pidió una "Temporada de Curación", invitando a las parroquias y feligreses a observar las seis semanas de oración durante los viernes en reconocimiento del dolor de las víctimas.
El mes pasado, un hombre se paró durante una misa que Wuerl celebraba en DC y gritó "qué vergüenza" cuando Wuerl les pidió a los feligreses que mantuvieran al papa Francisco en sus oraciones.
