Estados Unidos

La marea contra nominado al Supremo toma el relevo un año después del #MeToo

Washington, 4 oct (EFE).- En vísperas de que se cumpla el primer aniversario del inicio del movimiento #MeToo, una marea de miles mujeres marchó hoy hacia el Tribunal Supremo de EE.UU. para clamar contra el juez Brett Kavanaugh, el candidato del presidente, Donald Trump, para esta corte y acusado de abusos sexuales.

Entonando mensajes en defensa de las víctimas de abusos y consignas en contra del magistrado, miles de mujeres llegaron a la sede del alto tribunal en Washington para dejar claro que "Kavanaugh no es bienvenido" y que "las mujeres deben ser escuchadas".

La manifestación, convocada por la organización Marcha de las Mujeres, se produjo un día antes de que se cumpla el primer aniversario de la publicación de las informaciones del diario "The New York Times" que destaparon el amplio historial de abusos sexuales del productor Harvey Weinstein y que fueron el detonante del movimiento feminista #MeToo.

"La valentía es contagiosa", "Parad a Kavanaugh", "Kavanaugh se tiene que ir", "No queremos violadores en la corte" y "Hay fuerza en la sororidad" fueron los eslóganes más recurrentes durante la marcha, que avanzó por el National Mall -la gran explanada próxima a la Casa Blanca y el Capitolio- hasta llegar al Tribunal Supremo.

Activistas, familias, políticos y artistas se dieron cita para protestar contra Kavanaugh durante más de tres horas y, posteriormente, varios centenares continuaron en el interior de distintos edificios del Senado, donde algunas fueron detenidas, incluida la actriz Amy Schumer.

Kavanaugh ha sido acusado de abusos sexuales por tres mujeres públicamente, entre ellas Christine Blasey Ford, quien la semana pasada acudió al Comité Judicial del Senado para narrar su versión de los hechos que supuestamente tuvieron lugar en 1982.

El caso ha recordado al relato de Anita Hill, la mujer que en 1991 acusó al entonces candidato al Supremo, Clarence Thomas, de abusos.

"Nosotras creemos a Anita Hill. Nosotras creemos a Christine Ford", entonaba la muchedumbre mientras subía la cuesta del Capitolio camino al alto tribunal, donde 5.000 personas, según los organizadores, se congregaron para exigir a los senadores que voten en contra del juez.

Las consignas de la marcha estuvieron centradas en presionar a los legisladores moderados, considerados clave para confirmar o no a Kavanaugh.

Mientras transcurrían las protestas, la senadora demócrata centrista Heidi Heitkamp confirmó que votará "no" a la candidatura del magistrado, algo que fue ampliamente celebrado por los asistentes la manifestación.

Entre las miles de mujeres que marcharon este jueves se encontraba Lauren Madlyn, una madre que aseguró que cree a Ford y que no le pareció apto el testimonio de Kavanaugh en la audiencia sobre las acusaciones.

"Apoyo a la doctora Ford. Pero más que eso, estoy muy decepcionada con Kavanaugh, que salió enfadado y sin parecer un juez, sin temperamento judicial", comentó Madlyn a Efe mientras abrazaba a su hijo Alex, de dos años, a quien quiere enseñarle que "es necesario dar un paso al frente para cambiar las cosas".

Madlyn se refería a la comparecencia de Kavanaugh de hace una semana ante el Comité Judicial del Senado donde defendió su versión de los hechos, tras el testimonio de Ford.

A pocos metros de Madlyn se encontraban Beth y Carlton, un matrimonio de jubilados residentes en Washington.

Beth explicó a Efe que "Kavanaugh no es apto para estar en el Tribunal Supremo", aunque cree probable que el magistrado termine ocupando el asiento vacante en la corta.

Otra participante en la protesta, Archila, dijo a Efe que existe una "oportunidad para cambiar" a la sociedad estadounidense en relación a cómo responde a la violencia machista y los casos de abusos sexuales.

"Van a mandar un mensaje muy peligroso a todo el país y vamos a asegurarnos de que sufran consecuencias políticas", incidió Archila en referencia a los senadores que voten a favor de Kavanaugh.

La confirmación o no de Kavanaugh se concretará este sábado, cuando está programado el voto final del Senado, donde hay una leve mayoría republicana con 51 de los 100 escaños. Los conservadores necesitan al menos medio centenar para garantizar la aprobación del juez.

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