El perfil nacional de Muriel Bowser nunca había sido tan prominente antes de la contienda en Twitter con el presidente Donald Trump y la renovada idea de él de convertir la capital de la nación en el estado 51. Ahora la alcaldesa de Washington D.C. debe llevar a cabo un acto público de malabarismo a medida que el presupuesto de la ciudad se convierte en un campo de batalla para el debate nacional sobre una posible reforma a las fuerzas policiales.
Un colectivo dirigido por el movimiento Black Lives Matter está tratando de capitalizar el cambio de opinión pública, y las demandas incluyen recortes importantes en la financiación del Departamento de Policía Metropolitana. El concejo del Distrito de Columbia planteaba recortes de hasta 15 millones de dólares, pero Bowser está defendiendo su propuesta de presupuesto para 2021, que incluye un aumento del 3,3% en el dinero de la policía.
Mientras los conservadores la pintan como una partidaria radical de las protestas recientes contra el racismo y la violencia policial, Bowser debe hacer malabares mientras Black Lives Matter y la Casa Blanca observan cada uno de sus movimientos. Es un dilema similar al que enfrentan otros alcaldes donde ha habido protestas y quejas por el desempeño policial: no alienar a los activistas ni a la policía. En Los Ángeles, el alcalde Eric Garcetti ha enfrentado críticas por no hacer suficientes cambios en las fuerzas policiales y el sindicato de la policía lo ha llamado “inestable”. En Atlanta, la alcaldesa Keisha Lance Bottoms está lidiando con la ausencia masiva de policías por la forma como ella ha respondido a los casos de violencia policial.
Además, Bowser se está convirtiendo en una de las caras públicas de la intención de Washington de ser un estado. El viernes, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para otorgar la estadidad. Es la primera vez que una cámara del Congreso aprueba tal medida.
Pero hay una oposición insuperable en el Senado controlado por el Partido Republicano, donde el senador Tom Cotton, republicano de Arkansas, destacó a Bowser el jueves como una razón por la que no se puede confiar en Washington con la estadidad. Dijo que la alcaldesa era una “política de izquierda... que con frecuencia se pone del lado de los manifestantes contra la policía”.
