Virginia

Cómo la nueva sede de Amazon podría cambiar Chirilagua, un vecindario hispano en el norte de Virginia

Activistas temen que la nueva sede del gigante tecnológico devaste Chirilagua, una comunidad que ya de por sí enfrenta un aumento en las rentas y el estrés de las redadas migratorias

Entre Old Town Alexandria y Crystal City, Virginia, hay una franja de tierra de dos millas que desde hace décadas es el hogar de una vibrante comunidad hispana.

Con panaderías y vendedores ambulantes apiñados alrededor de Mt. Vernon Avenue, el barrio de Chirilagua se convirtió a partir de los años 80 en el destino de muchos inmigrantes salvadoreños, que escapaban de una sangrienta guerra civil y una creciente pobreza.

Por eso, cuando Amazon anunció que dividiría su nueva sede en la costa este entre la ciudad de Nueva York y Arlington, Virginia, el corazón de Evelin Urrutia saltó.

Amazon promete crear 25,000 empleos en el área. Pero algunos temen que devastará comunidades

Urrutia, una defensora de los derechos de arrendatarios y trabajadores en Alexandria, dice que teme que la decisión de abrir un centro tan grande a solo una milla de distancia de Chirilagua devaste la comunidad de clase trabajadora, que ya de por sí está teniendo dificultades para costear el aumento en las rentas y resistir el estrés de las redadas migratorias. 

Para muchos residentes de Chirilagua, la llegada de Amazon amenaza con el fin de la comunidad que ellos conocen, ya que el incremento en el coste de la vivienda, la llegada de nuevos habitantes y el aburguesamiento progresivo pueden borrar la identidad del vecindario y desplazar a la población.

Para entender el significado de este pequeño barrio para los hispanos en Alexandria, Urrutia asegura que solo tienes que andar por Mt. Vernon Avenue en un día caluroso.

“Caminas alrededor y ya sientes que tu país está aquí. En Centroamérica, tenemos muchas cosas en común, como la música. A veces la música que sale de las tiendas es muy alta, y empiezas a bailar. Es increíble”, cuenta.

El vecindario debe su nombre a una ciudad en El Salvador. El sector creció en los años 80, cuando una guerra civil devastaba el país centroamericano y desplazó a más de un millón de personas, de acuerdo al Instituto de Políticas Migratorias (MPI, por sus siglas en inglés).

Muchos de los que migraron durante esa década y la siguiente se establecieron en el área de Washington D.C., y terminaron en la frontera entre Arlington y Alexandria, una zona a veces conocida como Arlandria. Olas de recién llegados trajeron inmigrantes de Guatemala, Honduras y México, dando a Chirilagua una sensación de multiculturalidad.

“Lo que hace a este lugar tan único es que la gente ha estado aquí por mucho tiempo. Estamos arraigados aquí”, dice Urrutia. “Si dices ‘oh, vivo en Chirilagua’, la gente sabe lo que es porque hemos estado aquí por mucho tiempo.”

Para Teofila Gómez, el atractivo de Chirilagua también está relacionado con las organizaciones comunitarias. Años de crecimiento de la comunidad hispana ha hecho que escuelas locales ofrezcan programas en español, como Mount Vernon Community School, que se anuncia como el primer plantel bilingüe de Alexandria. Gómez y su amiga Ana Santos están abogando para crear programas similares en secundarias y preparatorias cercanas.

La asociación de padres y maestros de Mount Vernon Community School organiza una de sus reuniones mensuales en el centro comunitario Casa Chirilagua y les pide a los padres latinos que traigan comidas típicas.

Gómez, quien ha vivido en Chirilagua por más de 17 años, dice que las tiendas y negocios latinos en el barrio hacen que el lugar sea aún más agradable.

“La ventaja de vivir en esta área es que todo es accesible: el parque, la lavandería a media cuadra de distancia. Tienes todos los negocios para comprar tu comida", dijo.

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Pero teme que el establecimiento de Amazon a solo unas cuadras ponga en peligro la cohesión de la comunidad.

“Las personas no entienden que todo se volverá más caro. Todo va a subir. Estamos hablando de renta, enseres domésticos, la comida, todo. No solo la renta”, explica Gómez.

Urrutia, que se desempeña como la directora ejecutiva de la organización Tenants and Workers United, dice que le preocupa que con Amazon, el aburguesamiento del sector sea cada vez más una realidad.

“Apenas Amazon aterrice, toda la gentrificación de Del Ray va a venir. Se va a mudar a esta área, porque los propietarios de estos apartamentos y negocios – ellos van a querer hacer bella esta zona para gente diferente”, señala.

Desde que el gigante tecnológico anunció a principios de noviembre que se mudaría a Arlington, Urrutia ha estado pensado en como las comunidades circundantes cambiarán.

El gobierno local se prepara para la demanda de vivienda

La compañía ha prometido que creará 25,000 empleos en el norte de Virginia. El acuerdo para mudarse a Crystal City vino con 573 millones de dólares en incentivos fiscales de parte del condado y del estado.

Líderes locales dicen que el asentamiento del minorista podría contribuir a una crisis de vivienda asequible en la región.

"En el corto plazo, habrá presiones por residencias, incluso si algunas de ellas son simplemente personas que aprovechan la oportunidad para aumentar el alquiler", dijo Helen McIlvaine, directora de la Oficina de Vivienda de Alexandria. "Pero creemos que el mercado aumentará la producción".

McIlvaine agrega que informes de su departamento estiman que la zona podría ver un incremento del 4 al 6 por ciento en los precios, pero estas subidas son similares a lo que se ha visto en la ciudad en el pasado.

El Gerente de la ciudad de Alexandria Mark Jinks le dijo a WTOP que la jurisdicción está trabajando para incrementar la cantidad de residencias como manera de contrarrestar el aumento en el costo de la vivienda, como se vio en Seattle cuando Amazon estableció ahí su sede original.

“Ya hay nuevos recursos que se están creando para ocuparse de esto”, dijo McIlvaine. “La ciudad tiene un compromiso muy fuerte de trabajar e incluir a las comunidades y asegurarse de que las personas entiendan [su impacto]”.

El gobernador de Virginia prometió buenos incentivos

McIlvaine explica que la ciudad usa residencias públicas, préstamos, subvenciones y subsidios para alcanzar sus metas de viviendas asequibles. La localidad ya tiene alrededor de 1,250 unidades públicas supervisadas y mantenidas por la autoridad que lidera McIlvaine, en conformidad con la Resolución 830 de la ciudad. Por consiguiente, la funcionaria dice que ve muchas oportunidades para que las autoridades puedan asegurar residencias accesibles de constructoras privadas.

Caridad Palerm, analista de la Oficina de Viviendas de Alexandria, reconoció que hay un mayor riesgo para las unidades asequibles a precio de mercado: apartamentos o casas cuyos precios son determinados enteramente por los propietarios o arrendadores, pero que reciben subsidios gubernamentales para mantener sus alquileres bajos.

“Son más asequibles pero no hay nada que impida que las rentas sigan aumentando”, dijo Palerm.

Y de acuerdo a los datos provistos por el departamento de la vivienda, la mayoría de las residencias a bajo costo en el área de Chirilagua son domicilios asequibles a precio de mercado. De las ocho unidades en Chirilagua listadas por la Oficina de Vivienda, seis de ellas son privadas.

McIlvaine asegura que su despacho trabajará para incrementar los esfuerzos para involucrar a los residentes de Chirilagua, especialmente a través de Tenants and Workers United.

"Es un buen momento para que nos pongamos en contacto con ellos", dijo. "Consideramos que este problema de vivienda es regional y continuamos usándola como una manera de ser más efectivos en nuestras políticas y programas".

¿Quién se beneficiará de la nueva sede de Amazon?

Mientras tanto, Urrutia dice que le preocupa que los funcionarios de la ciudad no comprendan las inquietudes de los habitantes de Chirilagua.

“Miras a tu alrededor y todo lo que hay son edificios para personas que ganan mucho dinero”, dijo. “Cuando hablan de la clase trabajadora, hablan de los maestros, de los bomberos, de la policía. Pero para nosotros, la clase trabajadora son las personas que ganan un sueldo mínimo, que están más abajo del nivel de pobreza, que no califican para nada, y en especial, que no tienen documentación”.

A Gómez le intranquiliza que la construcción de complejos opulentos y los trabajos que traerá Amazon al sector no la ayudarán a ella o a su comunidad porque los residentes de clase trabajadora no tienen las habilidades o el nivel educativo requerido por la empresa.

“¿Para quién van a ser esos empleos?”, dijo. ““La gente que va a llegar acá y que va a vivir en apartamentos de lujo, como los que van a construir acá, son los que nos van a ir sacándonos de aquí (sic).”

Urrutia coincide y dice que cree que la ciudad y las autoridades han hecho la vista gorda a aquellos que quedarán rezagados una vez que llegue Amazon. 

“Están otorgando una gran cantidad de fondos para traer a Amazon, pero no están invirtiendo dinero para mantener a las comunidades, porque creen que es una gran cosa [que vengan] pero no es para todo el mundo”, expresó. “Esos trabajos no van a ser para personas como nosotros. Esos son trabajos de alta tecnología. No los van a encontrar en Chirilagua.”

Y si el costo de la vida explota, Gómez y Santos saben que tendrán que mudarse.

“Van a meter gente a apartamentos y se dividen la renta. Rentan un apartamento y viven dos o tres familias. Pero ¿quién quiere vivir así?”, dijo Gómez. “No quiero salirme de donde yo estoy. No quiero que mi comunidad se disperse”.

Salvadoreños unidos en otras tierras. Una de ellas es Alexandria, Virginia
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