Washington, D.C. reportó este martes 430 nuevos casos de COVID-19, su peor número en un solo día desde el inicio de la pandemia, mientras los diagnósticos en la región continúan en alza a un ritmo preocupante.
La ciudad también sumó el martes cuatro muertes, llevando el total desde marzo a 825 decesos por complicaciones vinculadas al coronavirus. La tasa de positivos en la capital permanece en 42.48 por 100,000 habitantes, considerado alto.
El segundo número más alto de casos diarios fue reportado el 5 de diciembre, con 392 nuevos contagios. D.C. anunció un combinado de 492 infecciones el 26 de diciembre, pero esta también incluía las detectadas el día de Navidad.
Ayer, la capital inició con la campaña de vacunación para personas de 65 años o mayores y algunos trabajadores esenciales. Pero tanto en D.C. como en el resto del país, los esfuerzos de inmunización han sido más lentos de lo esperado.
Este martes, la alcaldesa Muriel Bowser también anunció que ampliaría el cierre de los espacios interiores de restaurantes y de museos hasta después de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden en un esfuerzo por proteger la salud y la seguridad pública ante las posibles movilizaciones durante los días cerca de la investidura y el aumento en el número de contagios de COVID-19.
Asimismo, Bowser ha pedido a las personas que no viajen a la capital y que en su lugar, disfruten del evento de inauguración en línea.
Local
En los estados aledaños de Maryland y Virginia, los diagnósticos también continúan en niveles inquietantes. Maryland vio este martes 2,665 nuevos casos mientras que Virginia registró 4,833.
Desde el inicio de la pandemia, la capital ha reportado un total de 32,423 diagnósticos.
El nuevo récord de casos viene solo días después de que miles de seguidores del presidente Donald Trump, la gran mayoría de ellos sin mascarilla y sin mantener el distanciamiento social, se manifestaran en la capital. Un grupo logró irrumpir en el Capitolio, forzando el cierre preventivo del edificio. Al menos tres congresistas han arrojado positivo tras estar refugiados en una habitación segura junto a otros legisladores y miembros del personal del Congreso durante los disturbios.
