Un policía se derrumbó en el estrado de los testigos, la madre de la víctima se alteró tanto que abandonó la sala y se pudo ver a algunos jurados enjugándose las lágrimas al comenzar el miércoles el juicio de un hombre acusado de asesinar a un niño de dos años.
La madre de Jeremy Poou Cáceres subió al estrado y describió el día en que su hijo fue asesinado a tiros y ella resultó herida.
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Acababan de comprar comida rápida en febrero del año pasado, y ella lo llevaba en su cochecito por el patio de un complejo de apartamentos en Langley Park cuando se oyeron los disparos.
La madre de Jeremy identificó al hombre enjuiciado, Johnny Turcios, como uno de los hombres que disparaba cuando ella y su hijo fueron alcanzados.
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Cuando la fiscalía reprodujo el video de la cámara corporal de la policía que la mostraba gritando después del tiroteo, abandonó la sala llorando.
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Turcios está acusado de asesinato. La fiscalía afirma que fue uno de los dos hombres que dispararon contra las víctimas esa tarde. En lugar de alcanzar a su objetivo, alcanzaron a Jeremy y a su madre.
La policía ha declarado que los dos grupos involucrados en la balacera se disputaban territorio de drogas.
Se recuperaron dos armas en el caso, según la fiscalía: una .22 y una tipo AK-47.
En su declaración inicial, la fiscalía afirmó que Turcios disparó al menos una vez.
Sin embargo, el abogado de Turcios declaró al jurado que ninguna de las armas ha sido relacionada con él. Ningún ADN vincula a Turcios con ninguna arma en el caso, afirmó el abogado defensor.
La defensa también predijo que el testimonio de los testigos sería inconsistente.
El primer agente en llegar a la escena se emocionó al ver una foto suya practicándole RCP a Jeremy, quien posteriormente falleció en el hospital.
La fiscalía reprodujo una llamada al 911 en la que la persona que llamó le dijo a la central: "Un bebé acaba de recibir un disparo. El bebé se está muriendo. Por favor, apúrense".
Turcios y un presunto cómplice, Israel Fuentes Jr., se encontraban en una camioneta robada que estaba bajo vigilancia policial, según los documentos de la acusación. Fueron rápidamente identificados como sospechosos después de que Fuentes supuestamente llamara al 911 una hora y media después del asesinato, alegando que le habían robado dinero y su celular.
Fuentes enfrenta cargos de asesinato y está programado para juicio el próximo año.