La policía del condado Montgomery anunció este martes que ha localizado el vehículo presuntamente usado en el atropello mortal de una mujer colombiana en Wheaton, Maryland. Los detectives también hallaron al presunto automovilista, quien se dio a la fuga tras el arrollamiento.
La víctima, Luz Roa de 59 años, murió tras ser impactada el 17 de enero mientras atravesaba Veirs Mill Road y Ferrara Avenue.
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MIRA AQUÍ GRATIS Durante la investigación, los detectives determinaron que el auto implicado era un Volkswagen Passat de color azul claro que presentaba daños en el lado del conductor.
En una conferencia de prensa la semana pasada, las autoridades precisaron que pocos vehículos de ese tipo estaban registrados en el condado y le pidieron a la comunidad que los ayudara a dar con el automovilista. Indicaron que sabían de varios testigos que habían presenciado el suceso.
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SUSCRÍBETE Ese día, la familia de Roa también clamó por la ayuda de la ciudadanía y pidió a la persona responsable que se entregara a la policía.
“Nosotros queremos que ella sea la última víctima de un hit-and-run. Pedimos a las personas que estuvieron presentes que nos ayuden a solucionar esto”, dijo a TELEMUNDO 44 una de sus hermanas de la víctima, quien prefirió no salir en cámara.
Desde entonces, la policía recibió varias pistas que identificaban al dueño del vehículo implicado. Los detectives lograron rastrear el Passat a Washington, D.C., y obtuvieron una declaración del conductor, quien fue liberado mientras se espera que la Oficina del Fiscal General determine si se le presentarán cargos. Su nombre no fue hecho público de inmediato.
El vehículo fue procesado como evidencia y la investigación continúa, afimraron las autoridades.
La familia de Roa la describió como una mujer generosa, quien trabajaba cuidando niños, personas con capacidades especiales y adultos mayores.
“Luz era un ser humano increíble - muy amoroso, muy cariñoso, muy dedicado a su trabajo”, dijo una de las hermana de la víctima, quien prefirió no salir en cámara.
“Ella quería irse cuando cumpliera 62 años a dedicar su vida a hacer obra misionera en Colombia, bajo su iglesia Adventista del Séptimo Día. Iba a dedicar su vida a ayudar a las personas, especialmente a los niños con discapacidades y los ancianos. A gente que no tenía voz. Ella quería ser su voz”.
