Casi todos los inmigrantes detenidos en el centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) localizado en Farmville, Virginia, han sido diagnosticados con el coronavirus desde junio, y al menos uno ha muerto. Activistas y legisladores han denunciado que este brote se produjo tras el traslado a principios de ese mes de más de 70 detenidos desde centros en Florida y Arizona.
Un nuevo reporte del diario The Washington Post publicado este viernes revela que dicho movimiento habría tenido el propósito de facilitar el “despliegue rápido de equipos tácticos del Departamento de Seguridad Nacional” para contener las protestas en contra del racismo y la brutalidad policial que se registraban en la capital estadounidense durante esos días.
Según el periódico, por la pandemia de COVID-19, las reglas actuales de la agencia federal prohíben el uso de vuelos chárter para solo trasladar empleados. La agencia alegó que movió a los detenidos en vuelos de “ICE Air” para evitar la sobrepoblación de las instalaciones en Arizona y Florida, pero una fuente del Departamento de Seguridad Nacional dijo al Post que la verdadera razón del traslado fue para eludir las normativas que no permiten que agentes de ICE usen estos vuelos a menos de que también hayan detenidos abordo.
De hecho, de acuerdo con el Post, los centros de donde provenían esos detenidos ni siquiera estaban cerca de alcanzar su capacidad máxima el 1 de junio, cuando se registró el traslado.
La decisión de mover a los inmigrantes se tomó pese a objeciones de funcionarios de la agencia de inmigración en la oficina de Washington. La medida habría sido parte de un despliegue más amplio de agentes de la Patrulla Fronteriza, los Marshals de EE. UU. y equipos tácticos de ICE y otras fuerzas del orden federales en el centro de la capital y las áreas cerca de la Casa Blanca. Los agentes de ICE asignados en el Distrito ya estaban preparados para asistir en las protestas en caso de ser necesario. Los otros fueron traídos como refuerzo, según la fuente.
"Necesitaban justificar el movimiento de equipos especiales de respuesta", dijo la fuente a The Post.
A principios del verano, Telemundo 44 investigó sobre las condiciones en el centro de detención tras recibir repetidas denuncias de los reos y sus familiares. Estos aseguraron que el centro no estaba siguiendo las medidas de distanciamiento social, poniendo en peligro el bienestar de los prisioneros. Asimismo, aseguraron a este medio que los detenidos diagnosticados con el COVID-19 no estaban recibiendo la atención médica necesaria y que las veces que lo habían reclamado, les respondieron con represión. En una ocasión, los oficiales usaron gas pimienta para contener una protesta de los reclusos, confirmó ICE a este medio.
Los datos más recientes indican que casi el 90% de los más de 300 inmigrantes en el centro habrían dado positivo por el virus bajo custodia. A principios de esta semana, un especialista externo que inspeccionó el centro de Farmville el mes pasado recomendó la liberación de detenidos que corran mayor riesgo de enfermar gravemente después de encontrar deficiencias en las revisiones médicas del lugar.
