El representante de Virginia Gerry Connolly está pidiendo formalmente que el Inspector General de Metro investigue los problemas detectados en los trenes de la serie 7000 que se cree causaron el descarrilamiento registrado a mediados de octubre.
Connolly quiere respuestas sobre por qué la agencia de tránsito no reveló los defectos en el ensamblaje de las ruedas de algunos vagones, de los que había estado al tanto desde hace años. Específicamente, señala en una carta que Metro no compartió directamente esa información con la Comisión de Seguridad, el grupo independiente del gobierno de la capital que supervisa la seguridad en el sistema de transporte, y dice que esa decisión es parte de un patrón de resistencia dentro de Metro cuando se trata de proveer información crítica de seguridad.
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El 12 de octubre, un tren se salió parcialmente de las vías en la línea azul, cerca de la estación de Arlington Cemetery, dejando a casi 200 personas atrapadas por más de hora y media mientras los bomberos buscaban la forma de evacuarlas. El incidente no dejó heridos pero una investigación reveló que esa fue la tercera vez ese día en que esos vagones se habían descarrilado. Según Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), el evento pudo haber sido mucho más grave debido a lo que se determinó fue el causante más probable del incidente: una imperfección en las ruedas.
Tras el descarrilamiento, Metro sacó de servicio todos los trenes de la serie 7000, que representan el 60% de su flota, para inspeccionar sus ruedas. Hace unas semanas, el gerente general de Metro Paul Wiedefeld confirmó que ya se había examinado todos los vagones y que iniciarían las pruebas para regresar eventualmente los trenes al servicio.
Esta es una historia en desarrollo. En nuestros Noticieros Telemundo 44 a las 5p, 6p y 11p tendremos las últimas actualizaciones.
