Un joven salvadoreño que murió baleado al presuntamente irrumpir en una casa en Oakton, Virginia, habría sufrido varias crisis mentales días antes de su muerte, según familiares.
La tía de la víctima, Ana Solano, expresó que sus seres queridos le habían solicitado ayuda a las autoridades pero sus reclamos, al parecer, no fueron escuchados.
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“Es una pérdida irreparable, tratamos de buscar ayuda en hospitales y con la policía porque él iba progresivo, se salía y por ratos se comportaba como un niño”, detalló.
El incidente ocurrió el pasado 9 de noviembre cuando el propietario de la casa supuestamente disparó y mató a Eduardo Santos después de un enfrentamiento. La policía informó posteriormente que investigarían el caso como "defensa propia".
Mientras, los amigos de Santos afirman recordan al joven como una persona amable, amoroso con los suyos y comprometido con Dios.
“Él no era un mal muchacho, no tiene récord criminal, lo único que él hacía era ir a la iglesia, trabajar para ayudar a su familia en El Salvador... él se tuvo que venir huyendo del peligro de El Salvador con las maras y ahora el vino a encontrar la muerte aquí”, lamentó Jessica Gaitan, la líder de los jóvenes de la iglesia que asistía la víctima.
Local
La policía del condado Fairfax dice que los investigadores todavía están trabajando para determinar qué llevó a Santos a irrumpir en una residencia ubicada en Waples Mill Road.
Su familia aseguró haber denunciado que Santos estaba desaparecido pero no obtuvieron ninguna respuesta hasta el día de su muerte. Ahora, buscan la ayuda de la comunidad para poder subvencionar el traslado su cuerpo hasta El Salvador.
