Los sitios de prueba por COVID-19 en el condado Prince William, en Virginia, no se dan abasto. En los últimos días, muchos de los centros se han visto obligados a cerrar hasta media hora después de haber abierto sus puertas por la cantidad de personas que llegan a hacerse los exámenes gratuitos.
A lo largo del estado, como a lo largo del país, los casos de COVID-19 han ido subiendo a niveles preocupantes, lo que ha llevado a las personas a querer hacerse más pruebas de detección. La demanda ha sido tal, que el viernes seis establecimientos se vieron obligados a cerrar temprano porque habían alcanzado su máxima capacidad.
El condado cuenta con 1,200 pruebas gratuitas a la semana, que las divide en 200 diarias por seis días. Las autoridades piden a la comunidad que lleguen incluso antes de la hora de apertura a estos lugares para lograr hacerse la prueba.
Según el subjefe de bomberos del condado, Matt Smolsky, la mayoría de las personas que visitan los centros no presentan síntomas y cree que es posible que este incremento en la demanda sea porque muchos residentes estén pensando viajar, en especial ahora que viene el festivo del Día de Acción de Gracias.
El martes se detectaron 160 nuevos casos. La media móvil de siete días en la jurisdicción es de 117, lo que equivale a 25.1 casos por 100,000 habitantes.
Desde el inicio de la pandemia, el condado Price William ha registrado más de 17,600 casos y 266 fallecimientos. Según datos del departamento de salud, los latinos representan el 55% de los contagios pese a conformar aproximadamente el 24.5% de la población.
