La alcaldesa del Distrito de Columbia anunció el mes pasado que requeriría que todos los trabajadores públicos de la capital se vacunen contra COVID-19. Desde entonces, cientos de empleados del Departamento de Bomberos y Emergencias de la ciudad han solicitado exenciones religiosas.
De los más de 2,100 empleados de D.C. Fire & EMS, 419 han completado el formulario para ser eximidos de la inmunización por razones religiosas.
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“En este punto, son solicitudes”, dijo John Donnelly, el jefe de los bomberos. “Será determinado por el Departamento de Salud. Nosotros no somos los que decidimos. Hay un proceso para eso”.
Los empleados no vacunados son sometidos a pruebas de detección diarias, mientras se espera la decisión de la agencia de la ciudad.
“Cuando se tome una decisión, [los empleados] tendrán una serie de opciones”, dijo Donnelly. “O tendrán que cumplir [la norma] o ya no tendrán una licencia médica, y eso les impediría tener un trabajo”.
Mientras, en general, el número de empleados de la ciudad que han pedido exenciones ha caído, la cifra del departamento de bomberos se ha mantenido alta.
“La pregunta real no es cuántas personas [han pedido la exención], pero uno debe pensar de verdad sobre por qué las personas no quieren vacunarse y eso es en lo que nos estamos enfocando”, afirmó Donnelly. “Queremos aliviar los miedos de las personas; queremos educarlos. Las vacunas son seguras, están bien, son efectivas. Sabemos que funcionan”.
Donnelly dijo que están conscientes de los peligros que supone el contagiarse de COVID-19, especialmente para aquellos en la industria de servicios contra incendios.
“A lo largo de la nación, más bomberos han muerto en los últimos dos meses que en cualquier otro periodo de dos meses durante COVID, así que es una enfermedad muy peligrosa para los bomberos”, dijo Donnelly.
Un grupo de bomberos llamado DC Firefighters Bodily Autonomy Affirmation Group prometió oponerse al mandato, argumentando que es preferible que los bomberos no vacunados se realicen exámenes rutinarios en vez de tener que adherirse a la orden de vacunas.
“Queremos presionar fuertemente contra la persecución, intimidación y ahora doxing (publicación de información identificante) que están experimentando nuestros miembros por mantenerse firmes a sus creencias religiosas”, dijo el grupo en un comunicado. “Tenemos miembros de todos los orígenes demográficos y espirituales cuyas creencias religiosas sinceras no les permiten recibir la vacuna. Mientras hemos servido valientemente durante la pandemia, nuestros miembros se han acercado a sus fuentes espirituales para [mantener] la fuerza, fortaleciendo así su fe mientras estamos en la primera línea no solo de la pandemia, pero de muchos de los eventos traumáticos que presenciamos a diario. Bien sea el incremento de asesinatos, las trágicas muertes de niños o los momentos en que hemos tenido que poner nuestras vidas en riesgo”.
Washington estableció el 30 de septiembre como la fecha límite para que los empleados de la ciudad hayan recibido al menos una dosis de la vacuna, o se enfrentan a ser despedidos.
A principios de esta semana, la alcaldesa de D.C. anunció una ampliación al mandato: todos los empleados de escuelas y centros de cuidado infantil, incluyendo aquellos que son privados, deben estar vacunados para noviembre.
