Sexoservidoras estudian periodismo para contar sus historias

Escriben a toda velocidad para no perder ni un solo dato. Mientras, a su lado, otras preparan sus cámaras, buscan el mejor ángulo y captan a través de sus lentes la esencia de su nota. 

Previamente las reporteras fueron preparadas por el maestro Ricardo Guerrero, quien les enseña el arte de contar historias y de combinar su pasión por el periodismo con su trabajo como sexoservidoras. 

"Empiezan con un tallercito como éste y entonces les nace seguir estudiando la primaria, la secundaría, hay compañeras que a partir de un taller como éste están intentando entrar a la universidad", asegura Guerrero. 

El taller de periodismo para mujeres que han dedicado su vida a la prostitución se imparte en el corazón de la zona donde laboran y está abierto para todas las que tienen la inquietud de compartir sus vivencias. 

Desde hace 30 años, Teresa Magalón labora en el que llaman “ el oficio más antiguo...” y cuenta que se inscribió en las clases porque siempre había querido contar sus anécdotas, pero no sabía ni escribir su nombre y ahora es capaz de dictar sus textos para que sean publicados. 

"No sabía ni cómo entrevistar a una persona, es una cosa que tiene mucha dificultad pero se tiene que aprender", considera Magalón. 

Y ese es el propósito del proyecto, asegura su iniciadora, para que su gremio encuentre una nueva forma de ganarse la vida o tan solo expresar y denunciar lo que pasa en las calles, con las autoridades y los clientes. 

"Nosotros lo podemos cantar de una manera, medios de otra manera comercial; pero el de ellas, en vida propia, lo hace como más... más valioso todo este trabajo", explica Elvira Madrid, de la Brigada Callejera.

Las historias capturadas en textos e imágenes por estas mujeres son publicadas por una agencia de noticias independiente llamada Noti Calle, la cual a través de internet, un periódico y la radio lleva a todo el país sus trabajos. 

Con el paso del tiempo muchas sexoservidoras se han graduado y han invitado a otras más a dedicar las mañanas al periodismo y las noches a su oficio.

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