Sobrevivientes de masacre celebran canonización de Romero

El arzobispo salvadoreño defendió hasta su muerte los derechos de los pobres.

La "alegría" por la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por un escuadrón de la muerte, "inunda los corazones" de las víctimas de violaciones a derechos humanos durante la guerra civil salvadoreña, dijo el miércoles a Efe, Dorila Márquez, sobreviviente de la masacre de El Mozote.

"Recibimos con una gran alegría la noticia de la canonización" e "inunda los corazones de las víctimas", acotó Márquez, quien preside la Asociación Pro Derechos Humanos de El Mozote, donde el Ejército asesinó en 1980 a unos 1,000 campesinos desarmados.

El papa Francisco firmó el miércoles el decreto del milagro por intercesión del arzobispo asesinado por un francotirador cuando decía misa, y por el que será proclamado santo, informó la oficina de prensa del Vaticano.

Defensores de derechos humanos y allegados a monseñor Romero sostienen que el arzobispo, asesinado el 24 de marzo de 1980, era el "ancla" que impedía que el país entrara de lleno la guerra civil, que se extendió hasta 1992 y costó la vida de unas 75,000 personas.

''¡Paren la represión!'', les dijo Romero a los militares que estaban en el poder, en una de sus últimas homilías, que eran transmitidas en la radio y se escuchaban en todo el país. Días después, era asesinado a balazos mientras daba una misa.

Un informe de la Comisión de la Verdad de la ONU, que investigó las violaciones a derechos humanos durante la guerra civil salvadoreña, determinó que el exmayor del Ejército y fundador del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Roberto D'Aubuisson, dio la orden de asesinar a religioso.

Se han necesitado 24 años de proceso para que monseñor Romero, símbolo de una Iglesia centrada en los pobres de Latinoamérica, sea proclamado santo y solo con la llegada de Francisco se aceleró un proceso que contaba con muchas oposiciones.

En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.

El proceso vivió una fase de estancamiento hasta que en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, y con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 hubo una aceleración de la beatificación de Romero.

El postulador (quien solicita al Vaticano la beatificación y canonización de una persona) de la causa del arzobispo de San Salvador, el obispo Vincenzo Paglia, explicó a Efe la enorme oposición contra Romero durante el proceso.

Paglia explicó que durante estos largos años siempre se preguntó el por qué y que hoy llegó a la conclusión de que "tenía que llegar un papa latinoamericano para canonizar a una personalidad como Romero".

Romero fue beatificado tras aprobarse su condición de "mártir", que fue además la que encontró más objeciones durante este proceso pues para un sector más conservador de la Iglesia beatificar a Romero habría sido como llevar a los altares a la Teología de la Liberación.

Esta corriente teológica nació en la Iglesia católica en Latinoamérica, de supuestas ideas marxistas, y se caracteriza por poner a los pobres en el centro de la Iglesia.

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