La noche del martes dentro de la Catedral Nacional de Washington, 25 líderes religiosos de la región decidieron colocarse la vacuna del COVID-19 en un evento grabado en vivo para demostrarle a sus congregaciones que la inoculación es segura.
Los participantes venían de templos e iglesias en el Distrito, los condados de Montgomery y Prince George en Maryland, y el condado de Arlington y la ciudad de Alexandria en Virginia.
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“Estamos demostrando con nuestro ejemplo que la vacuna es sana. No solo para protegerse a sí mismo sino a su familia, a su barrio y al país en general,” dijo Mariann Budde, la obispa de la Diócesis Episcopal de Washington, D.C.
El esfuerzo también se trataba de convencer a comunidades de minorías, las cuales tienen una mayor probabilidad de enfermarse gravemente por el virus, que la vacuna es segura.
El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, estuvo presente para disipar rumores sobre el fármaco.
“La decisión sobre si funciona no es hecha por la Casa Blanca o el Congreso o la farmacéutica. Es hecha por un grupo independiente de científicos,” dijo Fauci.
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El epidemiólogo comentó sobre la rapidez en la que se desarrolló la vacuna, aclarando que su base se centra en avances científicos iniciados hace décadas y no en el 2020.
Mensajes como este ya podrían estar teniendo un efecto en la comunidad hispana.
En una encuesta nacional, la Universidad de Michigan asegura que de octubre a finales de enero, 18 por ciento más de latinos dijeron que se pondrían la vacuna.
“Ya me pusieron las dos,” dijo el residente Raúl Matos. “Me siento bien. No tengo ningún síntoma. Me dolió un poquito cuando me la pusieron pero ya no siento nada.”
Como parte del esfuerzo, varias iglesias en el DMV han abierto sus puertas para convertirse en clínicas de vacunación. Los líderes espirituales dijeron que ese es el deber de cada congregación, y que colocarse la vacuna no solo protege a la persona sino también al prójimo, para que como comunidad se pueda acabar con la pandemia.
