Cientos de automovilistas pasaron casi 30 horas varados entre el lunes y el martes en la Interestatal 95 en Virginia, tras el cierre de una parte de la autopista a consecuencia de un choque de varios camiones y una intensa nevada que dejó las carreteras cubiertas de hielo.
VIRGINIA - Una tormenta invernal que inició como lluvia - lo que supuso que las carreteras no pudieran ser preparadas - seguida por una nevada intensa y temperaturas congelantes fue la combinación caótica que causó que cientos de conductores quedaran varados por horas en un trecho de la Interestatal 95, en Virginia. Así lo afirmaron las autoridades del estado, quienes defendieron su respuesta al prolongado atasco en una de las autopistas más grandes de la nación.
No se reportaron muertes o heridos por el monumental embotellamiento que se registró entre el lunes y martes en la autovía, a la altura del área de Fredericksburg. Pero el incidente causó indignación entre los automovilistas atrapados, sus familias y el público en general, que por horas siguió la odisea de estos conductores, muchos de los cuales tuvieron que dormir en sus vehículos en medio de temperaturas congelantes.
“Tenemos que ser claros en que este fue un evento increíblemente inusual”, recalcó el gobernador Ralph Northam durante una conferencia de prensa el martes, manifestando que podía entender la frustración y el miedo de los conductores.
Los problemas iniciaron sobre el mediodía del lunes, tras un accidente entre seis semirremolques en la Interestatal 95, entre la capital virginiana, Richmond, y la capital estadounidense, Washington. Uno de los camiones se plegó, detonando una reacción en cadena en otros vehículos que perdieron el control, según la policía estatal. Los autos se empezaron a acumular en la carretera, mientras caía entre una a dos pulgadas de nieve por hora, indicó Marcie Parker, ingeniera del Departamento de Transporte de Virginia que lideró el esfuerzo para despejar la autopista.
“Fue demasiado para nosotros”, dijo a reporteros. “Por consecuencia, con la cantidad de tráfico que teníamos en la interestatal, los camiones y carros no podían subir ni bajar de las colinas porque teníamos mucha nieve y hielo ahí”.
Eventualmente fueron cerrados los canales en ambas direcciones por un trecho de 40 millas en la I-95 norte, hacia Richmond. Las horas pasaron, y cayó la noche.
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Varios automovilistas atascados afirmaron que se estaban quedando sin gasolina. Otros no tenían ni agua ni comida.
Algunos conductores estuvieron atrapados por más de 20 horas. El senador de Virginia, Tim Kaine, fue uno de ellos. El legislador contó que salió de Richmond en dirección a Washington sobre la 1 p.m. del lunes. Para el mediodía del martes, aun no estaba ni cerca de su destino. Finalmente, llegó al Capitolio a eso de las 3:30 p.m. , unas 26 horas después de que emprendió su viaje.
Northam defendió su decisión de no activar la Guardia Nacional de Virginia o declarar estado de emergencia, argumentando que el gran obstáculo que enfrentaban las cuadrillas de respuesta no era la falta de personal, sino el poder acceder a las áreas donde los recursos eran necesitados, por la nieve y el hielo.
Unas 11 pulgadas de nieve cayeron en el área durante el temporal del lunes, según el Servicio Nacional de Meteorología. La policía estatal urgió a las residentes que evitaran conducir a menos de que fuera completamente necesario.
Ya que la tormenta inició con lluvia, los trabajadores no pudieron preparar las calles con sal o químicos porque el agua habría retirado las sustancias de la carretera, argumentaron las autoridades. Las cuadrillas trabajaron durante todo el día el martes para despejar la autopista, pero el tráfico se acumuló en vías secundarias, lo que causó retrasos adicionales.
El techo de la I-95 fue finalmente reabierto a eso de las 8:30 p.m. Más temprano, sobre las 5 p.m., el Departamento de Transporte de Virginia ya había anunciado que no quedaban conductores varados en interestatal.
Las autoridades no precisaron cuántos vehículos exactamente acabaron atrapados en el atasco, pero las imágenes mostraban cientos - sino miles.
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