WASHINGTON DC — Una corte federal de apelaciones levantó el control de un juez sobre la capacidad del Departamento de Justicia de usar registros clasificados incautados de los bienes del expresidente Donald Trump en su residencia en Florida en una investigación criminal en curso.
El fallo de un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito de los EEUU es una victoria para el Departamento de Justicia, que allana el camino para que reanude de inmediato el uso de los documentos mientras evalúa si presenta cargos penales en su investigación en la presencia de registros gubernamentales de alto secreto retenidos en Mar-a-Lago después de que Trump dejó la Casa Blanca.
El gobierno había argumentado que su investigación se había visto obstaculizada por la orden de la jueza federal de distrito Aileen Cannon que prohibía temporalmente a los investigadores continuar usando los documentos en la pesquisa. Cannon, una persona designada por Trump, había dicho que la retención permanecería en vigor hasta que un árbitro independiente que ella había designado a pedido del equipo de Trump la revisara por separado.
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El mes pasado, el FBI incautó aproximadamente 11,000 documentos, incluidos unos 100 con marcas de clasificación, durante una búsqueda autorizada por la corte en la residencia de Palm Beach. Ha iniciado una investigación criminal sobre si los registros fueron mal manejados o comprometidos. No está claro si Trump o cualquier otra persona será acusada.
Cannon dictaminó el 5 de septiembre que nombraría un árbitro independiente, o perito especial, para realizar una revisión independiente de esos registros y segregar cualquiera que pueda estar cubierto por reclamos de privilegio abogado-cliente o privilegio ejecutivo y determinar si alguno de los los materiales deben ser devueltos a Trump. Raymond Dearie, ex juez principal de la corte federal con sede en Brooklyn, ha sido nombrado para el cargo.
El Departamento de Justicia había argumentado que no era necesaria una revisión maestra especial de los documentos clasificados. Dijo que Trump, como expresidente, no podía invocar el privilegio ejecutivo sobre los documentos, ni podían estar cubiertos por el privilegio abogado-cliente porque no involucran comunicaciones entre Trump y sus abogados.
Los abogados de Trump argumentaron que una revisión independiente de los registros era esencial dada la naturaleza sin precedentes de la investigación. Los abogados también dijeron que el departamento aún no había probado que los documentos incautados fueran clasificados, aunque en particular no llegaron a afirmar, como Trump lo ha hecho repetidamente, que los registros fueron previamente desclasificados. Se han resistido a brindarle a Dearie su posición sobre esa pregunta, lo que indica que el tema podría ser parte de su defensa en caso de una acusación.