Un enfermero beneficiario del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, mejor conocido como DACA, espera la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que podría definir su futuro en este país.
José Aguiluz ama su profesión, pero su futuro al igual que el de unos 30,000 dreamers en el ramo de la salud, es incierto ya que depende de una decisión del máximo tribunal que podría o no acabar con el programa.
En medio de la crisis sanitaria, estos profesionales son esenciales.
“Hemos sido entrenados en los Estados Unidos, conocemos el sistema de salud de este país, traemos muchas cosas a la mesa. Básicamente somos proveedores de salud y bilingües. Estamos demostrando que estamos al frente, al pie de la lucha y defendiendo a nuestra comunidad, ”comento Aguiluz.
Y es que en menos de tres meses, la Corte Suprema deberá decidir si ese amparo migratorio seguirá o no vigente.
Sin embargo, activistas proinmigrantes dicen que este no es el momento para tomar una decisión.
“Ojalá sea una decisión favorable. Sabemos que hay muchísimos jóvenes de DACA que están trabajando ahorita en la salud y sería una gran desgracia para este país que todos esos jóvenes, personas que están trabajando en los hospitales, atendiendo a estas personas enfermas, se les truncará esa oportunidad,” expresó la activista Martha Sánchez.
Inmigración
Mientras no haya una decisión, activistas piden a los soñadores renovar su permiso. “Definitivamente, si tienen la oportunidad de ellos mismos hacerlo, que lo hagan. Hay que seguir haciéndolo hasta el último minuto porque todavía no hay decisión y hay que aprovechar eso también,” exhortó Sánchez.
Mientras tanto, José sigue trabajando pero su incertidumbre crece.
“tengo la incertidumbre de daca. Tengo la incertidumbre financiera. Tengo la incertidumbre de lo que va a pasar con el coronavirus,” dijo Aguiluz .