El condado Montgomery anunció este miércoles la muerte por complicaciones de COVID-19 de Blanca Kling, quien por décadas sirvió como enlace hispano del Departamento de la Policía.
Para aquellos que conocieron a la boliviana más de cerca, era simplemente “Blanquita”. La recuerdan no solamente por su buena voluntad, sino también por su carisma y sentido de familia que siempre compartía.
“Blanquita por décadas peleaba, trabajaba, ayudaba a la comunidad, no solamente a los trabajadores del condado de Montgomery, pero también a todos los inmigrantes y las familias con sueños y aspiraciones”, dijo Gilberto Zelaya, vicepresidente de la junta de elecciones de Montgomery.
Kling fue reconocida en su posición por utilizar su voz para promover cambios en la vida de las víctimas de crímenes. Además de informar, también dedicó gran parte de su tiempo a servir y dar de vuelta a su comunidad, impactando a una cantidad innumerable de personas con entendimiento, amor y compasión.
“Ella supo crear lazos entre la comunidad y la policía. Pero ella llevaba más de 40 años de servicios a la comunidad a través del gobierno del condado. Realmente ella representa todo lo que es valioso, todo lo que es bonito en nuestra comunidad”, dijo Nancy Navarro, concejal del condado.
Kling murió tras luchar por las pasadas semanas contra el COVID-19. Fueron sus hijos Jason y Lizzie quienes estuvieron con ella, agarrados de su mano al momento de su partida.
Para muchos era más que una figura pública. Kling se convirtió en la amiga, hermana y en ocasiones confidente y consejera de aquellos más cercanos.
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“Ella me dejó una enseñanza para mi persona y se ha ido sin darme una muñeca que me tenía que dar para mi nieto. Estoy muy muy triste. Se lo deje saber a su hijo. Personalmente he estado en oración y siempre va a vivir en mi corazón”, dijo Inés Peredo Cespedes, quien conocía a Kling.
En el condado Montgomery, en cada posición en la que sirvió Kling, dejó huellas imborrables.
“Una miembro prominente de esta comunidad. Y cuando hace unos años ocurrió la explosión en el complejo de apartamentos de Flower Branch, la gente la recuerda por su incansable devoción para asegurarnos que le servíamos bien a esta comunidad. Ella ha hecho mucho por nuestro condado”, dijo Marc Elrich, ejecutivo del condado Montgomery.
Es ese mismo amor que ella le regaló a quienes conoció a su paso que le quieren ofrecer de vuelta en agradecimiento.
“Que Dios te tenga en tu gloria mamita, te quiero mucho y gracias por tu enseñanza, gracias por todo tu cariño que me has enseñado y sé que siempre me has dicho que ore y que tenga fe y que toque puertas. Me dejaste un gran vacío en mi corazón pero se que me volveré a juntar contigo”, dijo Cespedes.
